Bajo el cielo sombrío de la tarde, la ciudad de Manabí se vio envuelta en luto y consternación tras un trágico incidente que dejó a una valiente agente de la Policía sin vida. El miércoles 17 de abril del 2024, la avenida Urbina, frente al emblemático parque La Rotonda, fue testigo de un accidente de tránsito que cambiaría la vida de muchas personas para siempre.
Dos agentes de servicio de inteligencia, Pablo Cedeño y Stefany Álvarez, ambos jóvenes con un futuro prometedor por delante, se desplazaban en una motocicleta desde el centro de la ciudad hacia el Comando de Policía. Sin embargo, su camino se vio truncado de manera abrupta cuando colisionaron con un bus de servicio urbano en un encuentro fatídico que dejó a la comunidad consternada.
Los esfuerzos de emergencia se desataron rápidamente. Los equipos médicos llegaron al lugar del accidente en un frenesí de actividad, tratando de salvar las vidas de los jóvenes policías. Con celeridad, fueron trasladados de urgencia al hospital de Especialidades de Portoviejo, donde los médicos lucharon denodadamente por estabilizar su condición.
Pero, lamentablemente, el destino tenía otros planes. En medio de la tensión y la angustia, llegó la noticia devastadora: Stefany Álvarez había perdido la vida en la sala de emergencias, dejando un vacío imposible de llenar en el corazón de sus seres queridos y en la comunidad policial en su conjunto. Su sacrificio y dedicación al servicio público quedaron marcados en la memoria de todos los que la conocieron.
Mientras tanto, el paradero del conductor del bus de servicio urbano se mantenía en el misterio. Las autoridades emprendieron una intensa búsqueda para dar con su paradero y esclarecer las circunstancias que rodearon el trágico accidente. La incertidumbre y el dolor se entrelazaban en el tejido de la ciudad, mientras la comunidad exigía respuestas y justicia para la vida perdida.El legado de Stefany Álvarez perdurará en los corazones de quienes la conocieron y trabajaron a su lado. Su valentía, su compromiso y su sacrificio en pos del bienestar de la sociedad quedarán grabados en la historia de la Policía Nacional y en el alma de la ciudad de Manabí. En medio del dolor, su memoria servirá como un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento junto a quienes amamos.
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