Los detalles del suceso son estremecedores: se reporta una nueva muerte violenta al estilo sicariato, donde individuos armados actuaron con total impunidad para acabar con la vida de su objetivo. La presencia de sicarios en las calles de Guayaquil es un recordatorio sombrío de la persistente amenaza que representa la violencia armada en nuestra sociedad.
Este nuevo incidente ha generado un clima de preocupación y temor entre los residentes de la Ciudadela Los Esteros y en toda la ciudad de Guayaquil. La comunidad exige respuestas y acciones concretas por parte de las autoridades para garantizar la seguridad y protección de todos sus ciudadanos.
En medio de este panorama oscuro, es fundamental que la ciudadanía se una en solidaridad y colaboración con las autoridades para enfrentar esta grave problemática. La violencia no puede convertirse en la norma en nuestras calles, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para construir un entorno seguro y pacífico para nosotros y las generaciones futuras.
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