En la tranquila ciudad costera de Manta, la madrugada del domingo 17 de marzo se vio sacudida por un violento acto de sicariato en el Centro Comercial Nuevo Tarqui. Entre las sombras de la noche, la vida de Antony Cedeño Catagua llegó a un abrupto final cuando fue sorprendido por una ráfaga de balas, dejando consternación y dolor en la comunidad.
Según informes extraoficiales, Antony se encontraba tranquilamente sentado en un restaurante del lugar, ajeno al peligro que acechaba en las sombras. Repentinamente, fue blanco de un ataque a sangre fría perpetrado por individuos desconocidos, cuyos motivos aún permanecen en la oscuridad.
El cruento episodio no solo segó la vida de Antony, sino que también dejó a dos personas gravemente heridas, cuyo futuro yace en la incertidumbre mientras luchan por sobrevivir en una casa de salud, con pronóstico reservado.
La comunidad de Manta se encuentra consternada y conmocionada por este acto de violencia sin sentido. Mientras las autoridades investigan los detalles del incidente y buscan dar con los responsables, queda un amargo sabor de impotencia y tristeza en el aire, recordándonos la fragilidad de la vida y la urgencia de trabajar juntos para construir un entorno más seguro y pacífico para todos.
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